"... Shri Mataji había comenzado a construir una casa en Lucknow", recordaba H.P. Salve. Cuando Ella viajaba a Jabalpur para comprar mármol a granel, él a menudo la acompañaba y admiraba su capacidad para conseguir materiales de alta calidad y valor estético, en su lugar de origen y por un excelente precio. Esta habilidad siguió siendo útil a través de los años, pues Shri Mataji supervisó la construcción y renovación de muchas casas. Encargarse de la reparación de propiedades en ruinas se convirtió en una actividad en la vida de Shri Mataji, similar a Su capacidad de acoger en su hogar a personas necesitadas y ayudarlas a recuperar el equilibrio y la salud.

El Sr. Salve escribió en sus memorias: “Después de que Ella encargara el mármol, fuimos a visitar a una prima nuestra. Su hija resultó ser estudiante de un profesor del Robertson College, que daba discursos espirituales. Conociendo la inclinación de Shri Mataji hacia la espiritualidad, mi prima organizó una reunión entre Shri Mataji y el profesor. Al ver a Nirmala, él corrió con los brazos levantados hacia ella, exclamando: ‘Oh Madre ... ¡He estado esperando conocerte por tanto tiempo! Y hoy mi sueño se ha cumplido’. Diciendo esto, se postró a los pies de Sri Mataji. Fui testigo personal de todo esto, y también lo fueron mi prima y su hija."

Esto fue en 1961, aún no era el momento en el que Nirmala asumiría su trabajo espiritual. Amorosa y devota esposa y madre, Ella esperó hasta que sus dos hijas crecieran y se casaran.